lunes, 30 de abril de 2012

Hoy volví a recordar, miré nuestras fotos de años atrás. Que bonitos eramos, y que bonito ha sido recordar. La verdad es que eramos mucho más niños que ahora, y bastante hemos cambiado.En realidad no me hacía falta volver a mirar esas fotos para recordar lo felices que eramos en aquellos tiempos.
Al fín, hemos crecido y nos hemos dado cuenta después de tantos golpes, que ni tú puedes vivir sin mí , y yo no sé seguir sin tí. Que después del tiempo deberías de saberlo, que aunque no te lo diga, te quiero.

sábado, 21 de abril de 2012

Un globo, un recuerdo.

Un día de primavera, donde la gente dice que la sangre altera me hallaba yo bajo un árbol lleno de manzanas. Yo tranquilo pensaba en todo, en cada detalle de la vida, planeaba mi futuro. Pensaba en aquel banco donde escribí nuestros nombres, aquel árbol donde firmamos amor eterno o en aquel lápiz con el que te escribí la primera carta anónima.
Desde la sombra de aquel manzano visualizo en imágenes mi vida, recuerdo aquella infancia o aquella adolescencia que pasé, aquellos malos y buenos momentos que pasé.
Me quedo dormido gracias a la pequeña brisa que me da en la cara y me transmite su frescor, y tras cerrar los ojos empecé a soñar.
Soñaba que yo era un niño que solo le gustaba disfrutar de su imaginación, me encantaba correr en los campos verdes cerca de la casa de mis abuelos, siempre que iba me regalaban un globo de un color, y cada color tenía su significado, ellos decían que el azul es de la valentía, el rojo de la inocencia, el amarillo de la inteligencia... y así con todos los colores del arco iris. Me gustaba jugar con los niños del barrio, jugar a la rayuela y saltar a la pata coja me enseñaba a mantener mi equilibrio (igual que lo hago ahora en la vida, intento equilibrarme), me gustaba tambien jugar al pañuelo , porque me enseñaba a los grandes movimientos rápidos que hay que hacer en la vida para alcanzar las metas antes que nadie. Conforme iba creciendo iba viviendo más mi vida con mis amigos que viven cerca de mi casa y empecé a dejar de lado a mis abuelos, iba más discontinuo y cada vez que iba seguían dándome el globo de cada día como si aun fuera un niño pequeño, yo con todo mi gusto los cogía ya que me recordaba a mi infancia. Yo seguía yendo a casa de mis abuelos, pero cada vez iba de más tiempo en más tiempo, pasaba de ir cinco días a la semana, a cuatro días, a tres , a dos, a ir un día por semana nada más... y cada vez los veía más viejos pero más felices. Yo crecía más rápido de lo que me esperaba, solo quería disfrutar de la vida con mis amigos y a la vez con mis abuelos, hasta que un día mi abuelo cayó en una enfermedad, donde iba devilitandose cada vez más y más, mi abuela estaba depresiva y yo se lo notaba, ella quería que se pusiera bien al igual que lo deseabamos todos, pero sabíamos que tarde o temprano llegaría ese inesperado día, y sin darnos cuenta, llegó. Al ver a mi abuela llorando, con ganas de quedarse encerrada en casa, mirando una foto de todos juntos y ver que solo falta él, la mataba por momentos. Yo quería darle mi apoyo y todo mi cariño para que viera que se lo debo todo, y a pesar de su gran pena, ella seguía su constumbre de darme un globo cada vez que iba, recuerdo que una vez me dio uno verde y me dijo que el verde es el color de la esperanza, que es lo último que debíamos perder, que quizás él está en un lugar mejor que este, que Dios lo está cuidando y que tarde o temprano nos reuniremos todos juntos allí arriba. Me encantó aquellas palabras y até mi globo a una silla que tengo en mi escritorio, cada vez que lo veía me recordaba la cara de mi abuela mientras le caía una lágrima de pena. Un día mientras dormía me desperté repentinamente y me levanté, escribí un texto en el globo y me acosté seguidamente. Al día siguiente fuí a casa de mi abuela como de constumbre y me dió otro globo, este era naranja y decía que era de la paz interna que siempre tenía que recordar a todo el mundo con los mejores recuerdos y nunca olvidarme de ellos, que si así lo hiciera, viviría en paz conmigo mismo. Y al pasar la tarde y llegar el anochecer, mi abuela empezaba a estar cansada y se durmió. Yo no quería despertarla, la veía tan calmada que quise dejarla descansar, y cuando me fuí le dí un beso en la mejilla y ella ni se dió cuenta, le susurré al oído : "abuela, te quiero" y seguía sin inmutarse, cogí mi mano y se la coloqué asustado en el pecho, efectivamente, mi abuela falleció en paz tal y como me dijo ella recordó sus buenos momentos y murió lentamente y sin ningún dolor.
Yo desperté de mi siesta corriendo del susto, y al abrir los ojos me dí cuenta que estaba oscureciendo  y que el sueño no era un sueño, que eran recuerdos de mi infancia. Efectivamente, estaba en el jardín cerca de la casa de mis abuelos. Cuando me senté en la  hierva metí la mano en el bolsillo y saqué una cosa que tenía metida, era un globo y ví que tenía una cosa escrita y ponía: "Os recordaré con todos los buenos recuerdos, guardaré este globo con nuestra foto y pronto nos veremos.Abuelos, os quiero."