martes, 26 de agosto de 2014

STOP ETIQUETAS

Pasado, presente y futuro es lo que define una historia e historia somos cada uno de nosotros. Cada persona ya sea del Reino Unido o de Nigeria tiene una historia que contar, tiene una historia que le define y a lo largo de esa historia vamos creando nuestro propio yo. Pero el problema llega cuando dentro de la historia de alguien encontramos algo diferente a nuestra historia y definimos como diferencia. Dentro de esas diferencias clasificamos la raza, el aspecto, la condición sexual, las decisiones, los momentos, los motivos... En general, todo. Todo lo que forma mi historia es diferente a tu historia, por similares que sean nunca serán exactas. Pero... ¿por qué la sociedad pretende hacer de todas las historias una sola implantando unos estereotipos o etiquetas?
Cada sociedad ha impuesto los prejuicios que descalifican al humano en un conjunto, han ido seleccionando un modelo a seguir y aquellos que no lo siguen son los excluidos. Hoy quiero reivindicar la diversidad de pensamientos, quiero manifestar que la diferencia no es mala simplemente es eso, diferencia.
¿Por qué una persona tiene que vivir con el miedo de ser señalada?
Aún recuerdo el momento que vi a una mujer señalada por abortar en el siglo XXI, a dos mujeres besándose y  dos hombres agarrados de la mano mientras eran señalados como extraños, a un chino despreciado por no ser de este pais, a un musulmán excluido por pertenecer a una religión diferente, a un chico acusado de no tener la mejor ropa de la tienda, a una chica avergonzada por las miradas recibidas tras cortarse el pelo más corto de 10 centímetros, a un vagabundo acorralado por la multitud de acusadores... Millones de casos que podemos encontrar en la actualidad, casos que deberían estar en el mismo núcleo de la tierra, a 6 kilómetros de profundidad.
Quiero pedir que si lees esto empieces a pensar la de veces que has pensado en no hablar a una persona por el simple hecho de no pertenecer a tu manera de actuar, pensar o a tus hábitos. Por favor, si lo has hecho alguna vez, tómalo como error y bórralo de tu mente. Comienza pidiendo perdón a cada persona que has ofendido porque quién sabe si eres tú el próximo excluido. A partir de ahora comencemos a amar con el corazón y no amemos por lo que la sociedad nos guíe. Dejemos que dos personas se amen sin importar el sexo, que las mujeres decidan cuando abortar y cuando críar, evitemos el maltrato y el acoso tanto de raza, religión o gustos, no acusemos sin conocer.
Soy como soy y me siento orgulloso de serlo, soy Iván y soy persona, tengo mi historia, seguro que es diferente a la tuya, no hagas que las diferencias te impidan saber quien soy.
Recuerda, cada persona tiene una historia, no le juzgues si en el pasado se equivoco, ayúdale a solucionarlo en el presente e invítale a que viva contigo el futuro, sin importar su color de piel, sin tener que fijarte en su aspecto, sin excluirlo por condición sexual. Basta de etiquetas, dejémonos de poner muros entre las personas, amémonos como nos amamos a nosotros mismos. Sal a la calle y comienza a descubrir nuevas historias, quizás descubras experiencias que ni conocías.