Andaba una tarde fría de invierno , dónde el sol se ocultaba
y el viento silbaba. El frío decidió inundarnos y quiso conquistarnos, tanto en
cuerpo como en alma.
Aún recuerdo aquellas tardes semejantes en las que estábamos
tú y yo tumbados en mi sofá, tapados con una manta, comiéndonos aquellas
palomitas dulces, junto a la chimenea, frente a aquel televisor que reflejaba
nuestra película favorita. También recuerdo que en las partes del beso, tú
querías ser la protagonista y te girabas para besarme en los labios. No puedo
olvidar que mis manos estaban sujetas por las tuyas y que nuestras piernas
formaban una trenza. Toda aquello es lo único que pedía en una tarde de invierno,
solo quería que estuviéramos tú y yo abrazados junto a la chimenea que nos
proporcionaba el calor.
Qué recuerdos, nunca los olvidaré…
Cómo jode ver que el tiempo pasa por los dos, a pesar de que
tú sigues casi tan hermosa como la última vez. Y digo “casi” porque ahora lo
estás mucho más. Cómo jode darse cuenta que aquellas tardes solo son recuerdos
del pasado, que ahora mismo en tu sofá solo está la silueta que marcabais
juntos, en el televisor ya no está aquella imagen que sellaste con un beso y la
llama de la chimenea se va apagando conforme te vas alejando de mí, no prende
el mismo calor. Y lo que más me duele, me jode y me fastidia es saber que
aquella silueta de la que antes hablé, en la que solo encajan nuestros cuerpos
no puede ser ocupada por otra que no seas tú, porque nadie conseguirá encajar
tanto conmigo como lo hiciste tú. Nadie conseguirá alcanzar que mi corazón
llegue a la velocidad máxima con tan solo una mirada, que mis manos estén tan
protegidas, que mis labios estén tan sellados y que en mi cara reine aquella
sonrisa que tú conseguías sacarme.
Qué duro es empezar una vida desde cero, cuando te
acostumbras a lo bueno, a la felicidad, a que el amor esté a tu favor o a que
sonreír sea algo continuo, luego te cuesta empezar a aprender a sonreír, a
volver a encontrar la felicidad en otra persona o que el amor te llegue igual
de bien que el antiguo.
Por favor te lo digo, vuelve, vuelve a mi vida sea como sea.
Quiero volver a compartir mi vida contigo, quiero volver a construir nuestro
camino juntos y quiero sembrar contigo el árbol de la felicidad. Te lo repito,
vuelve. Yo aún sigo y por siempre seguiré amándote. Te quiero.
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