jueves, 23 de febrero de 2012

Lo bueno es difícil.

He sufrido y me he hecho mucho daño al caerme, e intentado millones de veces levantarme y casi siempre lo conseguía pero cuando alzaba la cabeza al ponerme de pie siempre había miles de personas para aporrearme con todo lo que tenían en sus manos, acababa destrozado mentalmente y violado fisicamente. Cuando ya no quedaba más partes de mi cuerpo sin moratones me humillaban y se reían de mí, quizás hasta que veían que ya no podía sufrir más. Cuando el tiempo iba a contrarreloj yo sufría más, me costaba el doble respirar y el masticar se me hacía pesado, nunca he vivido momentos fáciles, todo en mi vida a sido con frenos pero cuesta arriba, he tenido que empujar de todos mis problemas como si de un autobús tuviera que arrastrar y tirar de él con un hilo.
Quizás mis momentos más fanáticos o mejores por decirlos de algún modo sean los que nunca he intentado hacer, los que por miedo a conseguirlo siempre me quedaba atrás, y si faltaba poco siempre era el típico mudo en aquel corral de gallinas. Yo siempre he caído de cabeza, parecía que no tenía pies, y si alguna vez mantenía el equilibrio siempre estaban los típicos gilipollas que se tiran a tus espaldas y te apuñalan hasta que te arrodillas con todo su peso.
Pero en este momento, después de todo este gran sacrificio lo único que se puede hacer es saltar todos esos obstáculos, pasar por debajo de cada rama de árbol e inclinarte en cada montaña. Porque si me caigo 7 veces me levanto 10, y aunque tenga millones de personas esperandome para después volver a azotarme yo estaré preparado para volver a caer y esta vez con la cara bien alta. Porque si me humillan por ser diferente a ellos o me envidian por tener lo que ellos carecen seré yo el que ría en sus propias narices. Podrán encerrarme en una sala a oscuras, pero mientras estaré aprendiendo que se pueden superar los miedos a la oscuridad, o que me cuelguen de un acantilado que aprenderé a superar mi miedo a las alturas.
Nada en la vida es fácil, y nadie te regalará nada sin esperar algo a cambio, porque la reflexión del sabio es más importante que el rechazo de un mendigo. Si pienso en solitario sacaré mis propias concluisiones, no me dejaré llevar ni por la opinion ni por las influencias ajenas. Y si alguien quiere matarme a penas que me mate , pero con los ojos cerrados, porque como sepa quien es se dará cuenta que tarde o temprano el tiempo pone a cada uno en su lugar.
No existen venganzas sin maldades ni cantes sin melodías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario