lunes, 18 de junio de 2012

Me dí cuenta, pero tarde...

Vencí a mis miedos, a las personas ajenas, a lo más oscuro de mi pensamiento, y lo más importante, vencí al amor. Quise llegar a lo más alto, poder tocar el cielo desde el mar, quise contar las estrellas del cielo y compararlas con la arena de la playa. Quise juntar el sol con la luna y formar el mayor eclipse, quise hace que el Yin-Yang fuera cuadrado, quise hacer el camino de Santiago en patinete, y quise recorrer el mundo en tan solo 7 días. Pero lo pensé, y recapacité, que sin tí no voy a ninguna parte, no formaría nada, ni tampoco sería capaz de lograr mis metas. Ahora quiero volver, como si todo hubiera sido normal, pero veo que es imposible, que tus pensamientos han cambiado. Pero yo juré en un pasado que te esperaría junto al banco que estaba debajo del árbol y encima de aquella colina, y desde aquí te escribo.
Perdón si no supe guardar aquellos secretos, perdón por las lágrimas y por el daño que te hize. Sé que no merezco tenerte en mi vida, pero también sé que si no te tengo en mi vida, todo empezaría a descuadrar. Si no supe amarte, no era mi conciencia la que hablaba. Porque hay veces en las que el corazón siente lo que la razón no comprende.
Quédate aquí , a mi lado, que sé que juntos llegaremos al final del camino, lograremos la paz mundial, y juntaremos los continentes de nuevo en Pangea.
No te lo quiero volver a repetir, porque no quiero hacerme pesado, pero te quiero.

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